Aún le quedan atardeceres a septiembre, de esos en los que el sol se hace plata para jugar con el mar, y la luz se percibe diferente, suave, nueva...
Y sonrío al imaginarnos como entonces, y nos descubro soñando, sin miedo a lanzarnos al camino.
Aún te esperan mis besos a la vuelta de la esquina.
Aún te siento y me sientes.
Aún te quiero.