Imagen: Isabel García Salvá |
La lluvia dejó hoy un intenso olor a tierra mojada que me llenó de recuerdos de infancia. Recuerdos de esas largas tardes de otoño en las que, privados de las risas con los demás críos de la calle, mis hermanos y yo nos refugiábamos en casa a jugar a las cartas, al Monopoly o a los Juegos Reunidos Geyper, para terminar tirando de imaginación y montarnos miles de historias con las que nos bebíamos las horas.
Y me agrada especialmente que la lluvia me haya traído ese regalo...
Hoy sé que los lazos que me unen a ellos no serían los mismos de no haber existido esas largas tardes de otoño.
Hoy sé que los lazos que me unen a ellos no serían los mismos de no haber existido esas largas tardes de otoño.