-Mami, si a nadie le gusta madrugar, ¿quién inventó eso de tener que ir al
"cole" o al trabajo tan temprano?
-Eso me gustaría saber a mí.... Anda, María, acábate el Cola-Cao y recoge
tu cartera del suelo, que vamos ya con el tiempo justo.
<<El tiempo. Ese señor poderoso que domina nuestros días, que nos
lleva a trompicones sin permitirnos un suspiro...Tengo tanto por hacer hoy,
tanto por organizar...Menos mal que conducir me permite poner en orden las
ideas. Cuando salga de la oficina recogeré en la tintorería el traje de Luis,
mañana lo necesita para esa reunión que lleva preparando toda la semana;
aprovecharé para acercarme a la frutería de la esquina, ayer tenían unos
melocotones con muy buena pinta,.. ¡Ah! Y no puedo olvidar pasarme por el
Estudio de Danza a pagar la mensualidad de María. A la vuelta, un rato al
gimnasio antes de recoger a la niña.
Por cierto, en cuanto lleguemos a casa, lo
primero será preparar el almuerzo para mañana y poner la lavadora, el informe
que he de revisar tendrá que esperar hasta después de la cena, le prometí al
jefe darle mis conclusiones mañana y me juego un ascenso importante.>>
-Mami...
-Dime María, ¿te ocurre algo? Ya falta poco para llegar.
-Pues verás, estoy preocupada.
-¿Por...?
-No sé si cuando crezca voy a querer ser una mamá.
-¿Y eso...?
-Pues verás... De mayor me gustaría tener tiempo para hacer cosas, no
tenerlo todo planeado. No sé si entiendes lo que quiero decir... Por ejemplo,
sentarme en el parque a mirar las hojas de los árboles -me gustan cuando
bailan con el viento-, o abrir la ventana los días de lluvia y respirar muy muy
fuerte... hasta que no me quepa más aire en los pulmones. ¿No crees que esos
días huelen especial?
Mami... Yo a ti no te recuerdo haciendo estas cosas, parece que siempre
andes corriendo de aquí
para allá y no sé si eso es lo que me gustaría para mí. Dice la abuela que en
su época se vivía mejor y creo que es verdad. Por cierto, quiero que me
"desapuntes" de las clases de ballet, porque digo yo que para ser
granjera no me va a hacer mucha falta... Vamos, que a mis animalitos no les
importará mucho que no sepa hacer un demi-plié...
Me encanta tu relato. Un saludo
ResponderEliminarMe encanta tu relato. Un saludo
ResponderEliminarPues yo feliz de que así sea... Te invito a que te pases por otras entradas del blog y espero que te guste lo que allí leas. Un abrazo y gracias por comentar.
EliminarLa medida del tiempo está en el cariño que tienes con quien lo compartes aunque sea en la distancia. Un beso
ResponderEliminarCompartir, aunque sea en la distancia, siempre es bonito. Incluso hay distancias que se escapan a la medida del tiempo... Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
Eliminarun relato fluido conciso que retrata con absoluta naturalidad y sin dramatismos la realidad de muchas mujeres actuales
ResponderEliminarun relato fluido conciso que retrata con absoluta naturalidad y sin dramatismos la realidad de muchas mujeres actuales
ResponderEliminarPues sí, parece que no nos dejen quitarnos el disfraz de superwoman. Con este relato he querido señalar esta realidad tan cotidiana para muchas de nosotras, pero también incitar a que nos detengamos a reflexionar sobre nuestro papel. Gracias por tu comentario.
EliminarPrecioso relato lleno de inocencia. Me ha encantado. A veces andamos corriendo de un lado para otro, y no nos damos cuenta de las cosas verdaderamente importantes.
ResponderEliminarUn besillo.
Pues sí, María... Creo que no hay nada más puro que la mirada de un niño. Rescatar esa perspectiva de quien lo vive desde el otro lado nos puede servir muchas veces para reflexionar y esa ha sido mi pretensión al escribir este relato. ¿Somos dueños de nuestro tiempo o simplemente nos dejamos llevar por él?
EliminarQué gustazo da encontrar y poder leer, textos como los tuyos, de una sencillez y a la vez elegancia, que me asombran. Llenos de sentimientos y humildad, y preciosos, todos preciosos. Bueno!! así es también su autora.
ResponderEliminarBueno, bueno...que me sacas los colores!!! Solo son esas pequeñas cosas de la vida...ya sabes que llaman mi atención y, al final, no puedo evitar que aparezcan en lo que escribo. Besos y gracias!! Seguiré caminando...
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