Jueves. Detrás de los cristales llueve y María
no puede contener esa lágrima sin dueño que no alcanza a vaciarle el alma. Lágrima y gotas empañan su visión en una pugna
inútil que no consigue perturbarla; tan lejos se siente, que ni pestañear
quiere. Hoy es jueves y en el corazón de María también llueve.
Llueven sus ilusiones perdidas, su futuro incierto,
llueven sus miedos, sus desvelos…
hasta sus arrestos llueven. El cielo descarga su ira y las
gotas la empapan por dentro, cansada de esa soledad que no eligió vivir, del vacío que
dejó en ella el desarraigo impuesto por la
cruel embestida del destino. Criarse sin
raíces le curtió la piel y le robó la infancia, llenando sus días de sueños
rotos.
Y se le
torció el camino sin que pudiera evitarlo. Porque a María la vida no quiso
arroparla en las noches de invierno, ni le contó un cuento; no se acordó de
ella cuando los monstruos se hacían grandes y se sentía tan pequeña, cuando la calle se
vestía de peligro y sobrevivir no era un juego.
Nunca sabrá qué otras lágrimas lloraron su pena,
qué otras vidas sintieron la distancia de su gesto; no entenderá de nostalgias
ni de duelo, de lo que hubiese sido y no fue, de lo que pudo ser… En
algún rincón guarda María los abrazos que no dio, las sonrisas que se torcieron, los besos
que en su boca anidaron por no rozar la
piel de otras bocas.
Hoy es jueves y en el corazón de María mañana
será también jueves.
Sublime. Una narrativa exquisita y evocadora. Una deliciosa lectura.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bonitas palabras...me emocionan. Gracias de todo corazón. Saludos!!
EliminarPrecioso Isa, cada vez más lindo, cada vez más íntimo, cada vez más perfecto. Un beso y un abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarCosa bonita!!.Cada vez me quedo más asombrada, de la belleza y perfección de tus palabras. Qué grande eres! Monstruaaaaa!!. Besitos...
ResponderEliminarPero qué bonita eres... Da gusto tener amigas que te lean con tanto cariño. Besos!!!
EliminarLa sensibilidad está llena de risas y llantos, luces y sombras, blancos y grises... a María le tocó limpiar su Alma con sus lágrimas. Enhorabuena por el texto
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Esos claroscuros forman parte de la vida de cualquiera, aunque hay quien nada entre grises viendo los blancos pasar... Muy bonitas tus palabras.
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