viernes, 27 de octubre de 2017

El beso






      Salíamos de aquel teatro en La Latina y la noche caía sobre Madrid. Hacía calor. Tanto, que no parecía octubre. Nos recibió la calle con ese bullicio suyo que envuelve e invita,  y a nosotros nos valía cualquier excusa para dejarnos llevar. A las puertas del teatro, un variopinto paisaje humano: caminantes que ríen o simplemente miran al pasar, amigos que conversan mientras esperan —a punto están de salir los actores—, curiosos incapaces de resistirse al trasiego que genera un estreno, y nosotros. 

      Allí estábamos. Y allí estaba el beso: pequeño, surgiendo bajo la tenue luz de las farolas, en un apartado rincón de la fachada. Apenas expuesto a las miradas, parecía haber sido colocado en ese lugar a conciencia, con la pretensión de que pasara desapercibido. Y, sin embargo, lo vi. O quizás me vio él a mí.

      Me topé con este beso y no me pude resistir a pensar en los besos de estos últimos días. Los que siempre tengo —de mi marido, de mis hijos—, pero también esos otros que la vida me regala a pequeñas dosis, los que doy con el corazón acelerado por la cercanía de aquellos a quienes llevo tiempo añorando.

      Mezclados entre la gente, te esperábamos. Entretenidos, conversando, observando. En esas estábamos cuando te vi llegar. Y, contigo, también tus besos: el primero, lanzado al aire desde el otro lado de la acera, «estoy aquí, ya os he visto»; minutos más tarde, ese otro beso que me trajo el sonido de tu risa y la piel de tu abrazo. Y me entregué sin miedo a ese baile alocado, y dejé que me despeinara el sentimiento. Ese beso, con toda su verdad, me enseñó a sentirte amigo y se quedó a vivir en mí.

      Madrid estaba siendo esos días un punto de encuentro con  la siempre vívida emoción de volver a ver a aquellos que tengo lejos y no por ello quiero menos; la ocasión perfecta para celebrar la amistad, la familia, la vida.Y se estaba llenando de besos: tiernos, dulces, algunos breves, otros intensos, sentidos, añorados, deseados... pero siempre sinceros. 

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